Puede que hayas escuchado alguna vez que el pelo y las uñas siguen su crecimiento durante un tiempo cuando alguien muere. ¿Es esto cierto? Es verdad que lo parece a simple vista tras las primeras horas, pero se trata de una cuestión natural.
El cuerpo de una persona fallecida se trata a través de la tanatopraxia para que tenga un aspecto de paz y tranquilidad a la hora de darle un último adiós entre familiares y amigos. Esto también incluye las uñas y el cabello, que deben adecuarse al estilismo del difunto.
En nuestro blog encontrarás más información sobre la labor del tanatopractor, respondiendo las preguntas más habituales. Podrás conocer tu profesión y todo lo que rodea a su práctica, algo fundamental para ofrecer un servicio de calidad en tu empresa.
¿Qué ocurre con los pelos y las uñas tras la muerte?
A lo largo de nuestra vida, las uñas crecen aproximadamente 0’1 milímetros al día. Para que esto ocurra, tiene que actuar la glucosa, algo que es imposible de producir cuando se frena la actividad del cuerpo. Las células capilares, pilosas y de las uñas dejan de regenerarse, por lo que es imposible que crezcan más.
Como decimos, no queda material ni actividad hormonal que pueda inducir este crecimiento habitual, pero sí se da un efecto óptico que puede dar lugar a confusiones. Y es que la piel se deshidrata al morir, por lo que disminuye un poco su tamaño global a lo largo de todo el cuerpo. Esto hace que se exponga una mayor parte de las uñas y el pelo, que estaba aún bajo la piel, pero no se trata de un crecimiento como tal.
Aunque sí que hay una leve producción de queratina durante varias horas después del fallecimiento, ya que la piel sigue intacta durante unas 24 horas. Las uñas pueden llegar a crecer ese 0’1 milímetros diario, mientras que el pelo lo haría 0’3 milímetros. Después de eso, ya hablamos de la contracción de la piel como principal causante.
Este mito sobre el crecimiento de las uñas y los pelos tras la muerte no es más que otra de esas leyendas que se cuentan sobre el cuerpo humano. Se escucha en muchos lugares que solo utilizamos el 10% del cerebro, que el pelo crece más rápido si está más corto o que leer con poca luz daña los ojos. Todo son puras especulaciones.