Se denomina tanatopraxia a una combinación de prácticas y técnicas que el especialista realiza sobre un cadáver recién fallecido con el objetivo de higienizar, embalsamar y conservar al difunto. Mientras que en las ocasiones en las que no se ha ejercido violencia sobre el fallecido -por ejemplo, muerte natural- apenas se necesitan de herramientas de reconstrucción o restauración, en los casos de accidentes y otros sí que se requiere de una gran destreza.
Como especialistas en el ámbito, los materiales del tanatopractor son específicos de su profesión que, por cierto, se trata de una ocupación de la que se encuentran evidencias desde el imperio de los sumerios hasta la actualidad. A pesar de que se suele creer que un tanatopractor no es más que el esteticién de los difuntos, lo cierto es que sus funciones hacen posible que la despedida de los familiares con el fallecido resulte mucho menos traumática.
Las tres fases que el tanatopractor debe seguir
Los materiales del tanatopractor son diversos y están muy vinculados a las diferentes fases. Estas se encuentran sujetas al estado en el que se encuentre el cadáver ya que mientras que en algunos casos no resulta necesaria la restauración, en otras sí. Estas tres fases son:
- Higienización o aseo mortuorio: En esta primera fase, el tanatopractor limpiará el cuerpo.
- Restauración o reconstrucción: La fase más complicada, sin duda alguna, es la restauración ya que en los casos en los que la muerte ha sido violenta, se deben realizar verdaderas obras de ingeniería sobre el rostro -principalmente-.
- Fase estética: Se trata de la conocida por el común de la sociedad. En ella se emplearán diferentes productos para que el aspecto del fallecido no muestre determinados rasgos mortuorios.
Fase I: materiales de aseo mortuorio
Los materiales de aseo son los que primero se deben emplear. El tanatopractor necesitará hacer uso de los tradicionales guantes de látex y jabón, la crema hidratante y las toallitas húmedas. En combinación con estos se recomienda emplear otros materiales tales como la cuchilla de afeitar y la espuma -si aplica-, las pinzas de disección, algodón o similares, polvos absorbentes, adhesivos o cubreojos.
Los cubreojos están indicados para que dar volumen a los párpados así como evitar que se desplacen. También el adhesivo es necesario para que la boca se mantenga cerrada. Los polvos absorbentes y el algodón se emplearán para tareas tales como tapar los oídos o para tapar también los orificios naturales tales como la nariz.
Fase II: materiales de restauración
La restauración no siempre es necesaria aunque el tanatopractor debe conocer a la perfección los materiales a utilizar en este caso. Estos son agujas (sutura de heridas), bisturí (incisiones), ceras (cobertura de heridas o fabricación de prótesis), látex (fabricar prótesis también), yeso (cobertura de heridas), adhesivos (fijación de prótesis), agujas (sutura), tijeras (multitarea), ganchos (contención de labios o párpados)e hilo quirúrgico.
Fase III: materiales de presentación
El tanatopractor es más conocido por su faceta de maquillador que de preparador e higienizador del fallecido. A este respecto, sus útiles serán similares a los que utiliza un maquillador, con algunas salvedades. Los materiales son los fondos de maquillaje y las bases, los correctores, polvos, barras de labios y cremas así como eyeliners. El maquillaje que aplica el tanatopractor no tiene por objetivo resaltar sino ocultar ese tono cetrino que adquiere el rostro del fallecido.
Por ello, el objetivo del tanatopractor en el momento de aplicar el maquillaje será que la cara y el cuello se vean lo más naturales posibles. Para ello, empleará tonos terrosos y de la tonalidad natural de la piel.
