Tanatopraxia: una profesión con presente y futuro
En tiempos de crisis profunda en el mercado laboral, es esencial buscar nuevas salidas en profesiones y especialidades a veces poco conocidas, pero con buenas perspectivas de empleo. La tanatopraxia es una de esas profesiones en las que es cierto que casi nunca se piensa, pero que está mucho menos expuesta que otras a las fluctuaciones del mercado laboral.
¿Qué es la tanatopraxia?
Aunque a veces se confunda con la tanatoestética, en realidad, no es lo mismo. La tanatopraxia hunde sus raíces en la Prehistoria, cuando comenzaron las prácticas para la conservación de los cuerpos más allá de la muerte. A lo largo de la historia, esta práctica se ha realizado con diferentes finalidades y desde diferentes perspectivas religiosas. Por supuesto, las técnicas han evolucionado con los tiempos.
Hoy en día, la tanatopraxia engloba toda una serie de avanzados procedimientos destinados a evitar la descomposición de los cuerpos. Pero también para realizar las actuaciones necesarias, incluidas las estéticas, para que los familiares puedan despedirse del difunto en las mejores condiciones.
La práctica de la tanatopraxia es realmente compleja y se necesita de una buena preparación en todos los aspectos. La formación es esencial. El profesional ha de conocer en profundidad diferentes procedimientos de conservación, de embalsamamiento y reconstrucción. También debe saber realizar extracciones cuando sea necesario (por ejemplo, prótesis o marcapasos) y, por supuesto, aplicar unas rigurosas normas higiénico-sanitarias.
El último paso, sería la preparación estética (tanatoestética) para que los familiares puedan despedirse de la persona fallecida y comenzar el duelo, pero recordándola casi como era en vida. Es ahí donde la tanatopraxia cobra su enorme valor, ya que ayuda a evitar el impacto psicológico que en determinadas circunstancias esa despedida puede provocar.
¿Qué se necesita para ser tanatopractor?
Evidentemente, no todas las personas están capacitadas para dedicarse a la tanatopraxia. Es importante tener una enorme fortaleza psicológica para enfrentarse a diario a la muerte, a veces en circunstancias muy duras.
Además, de ello, por supuesto, es necesaria una formación adecuada que aborde todas las cuestiones que afectan a la práctica de esta especialidad y que pueden llegar a ser realmente complejas. Hoy en día, lo ideal es adquirir los conocimientos imprescindibles cursando el certificado de profesionalidad de tanatopraxia, ya que incluye no solo 360 horas de formación, sino también 160 horas de prácticas.
Esta formación básica en tanatopraxia prepara a los alumnos para enfrentarse en las mejores condiciones y con todas las garantías al ejercicio de la profesión. Una profesión que, casi siempre por tabúes y arraigos culturales, es poco conocida en su práctica, pero que es fundamental en cualquier sociedad actual, en la que la despedida al difunto es parte imprescindible del duelo y primer paso para superar la pérdida.
Salidas Profesionales
En la actualidad, la tanatopraxia es una profesión con muy buenas perspectivas laborales, en la que la competencia es muy baja y el porcentaje de desempleo, por tanto, mínimo. Sigue siendo una profesión poco conocida, pero necesaria, más siendo conscientes de que el sector funerario es uno de los que menos se resienten por las crisis, sean del tipo que sean.
Además, de ello, hay que tener en cuenta que los expertos en tanatopraxia no solo pueden ejercer su profesión en tanatorios, sino que también pueden hacerlo en geriátricos, hospitales o institutos forenses. De esta manera, el abanico de oportunidades se abre de manera notable.
Unión Funeral te ofrece la formación que necesitas para ser tanatopractor de la mano del certificado de profesionalidad en tanatopraxia. Una titulación oficial que recibirás en el único centro acreditado de la Comunidad de Madrid y de la mano de especialistas con experiencia y un profundo conocimiento de todo lo relacionado con la profesión.
